2 de enero de 2012

CUANDO ME MIRO AL ESPEJO


Ya no me reconozco, cuando estoy frente

al espejo, he cambiado tanto, que solamente él,

es testigo de que ya no brilla más la luz de

mis ojos, esa luz que reflejaba, el interior de

mi alma y corazón.



Ahora refleja toda la tristeza, que llena todo

mi ser, mis ojos me delatan, porque no hay

más esa chispa de vida, de amor y pasión,

que tenían cuando aun estabas a mi lado

y me hacías sentir ese calor, que decía más

que mil palabras de amor.



Yo era la mujer más feliz de todo el universo,

al tenerte conmigo.

Qué soledad, qué tristeza tan grande, no puedo

ocultar al sentir... que no estás más.



El frió me invade... al no tener el calor de tu

piel, cuando me abrazabas fuertemente, la

tristeza me asfixia, al no percibir tu aliento, el

dolor me lacera, cuando mis labios no sienten

más los tuyos, besándome apasionadamente.



Me duele tanto, verme frente a este espejo,

y es ahí cuando, mis ojos empiezan a derramar

lágrimas, esas lágrimas que resbalan

por mis mejillas y tú ya no estas aquí, para

secarlas, como solías hacerlo, con besos,

con caricias, o con tus palabras de amor.



Cierro por un momento mis ojos, secos y

cansados de tanto llorar, y vuelvo a escuchar

tu dulce voz, diciéndome palabras de consuelo,

cargadas de inmensa ternura..."No estés

triste amor, no llores más, aquí estoy a tu lado",

y mi llanto empezaba a desaparecer.



Ahora no se qué hacer, con esta tristeza, tengo

el corazón destruido, me siento como un ave

con las alas rotas, que no puede emprender

su vuelo.



Muero poco a poco, al mirar mi reflejo, en el

espejo y no reconocerme, no veo más esa alegría

en mi rostro, esa felicidad que desbordaba

todo mi ser.

¿A dónde se fue el amor? O es que acaso nunca

fuiste realidad, tal vez sólo fuiste un sueño

hermoso del que no debí jamás despertar.



Dios, ayúdame a entender, o a volver

a soñar otra vez, porque mi alma

y corazón, no pueden más con este dolor.

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